About poder de la palabra
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Además, nuestras palabras tienen el poder de dar vida o de robarla. En Proverbios thirteen:3 se nos dice: «El que guarda su boca, guarda su vida; pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre».
No debemos utilizar nuestras palabras para juzgar o condenar a los demás, sino para mostrarles el amor y la gracia de Dios. Debemos recordar que nuestras palabras tienen el poder de sanar las heridas y de restaurar la esperanza en los corazones quebrantados.
Cada vez que cumples tu palabra vas fortaleciendo tu autoácter, y viceversa, en el momento que no cumples lo que dices debilitas tu autoácter y la confianza en ti mismo. Una parte de ti empieza a creer que no puede confiar en todo lo que dices.
Es importante recordar que nuestras palabras no solo tienen un impacto en los demás, sino también en nosotros mismos. Las palabras negativas que pronunciamos pueden contaminar nuestra mente y afectar nuestra percepción de la realidad.
Uno de los propósitos principales de nuestras palabras como cristianos es dar razón de nuestra fe a aquellos que nos rodean. En one Pedro 3:15, se nos insta a estar «siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros». Para hacer esto, debemos utilizar nuestras palabras de manera efectiva y poderosa.
Esto nos muestra que nuestras palabras deben ser un medio de aliento y apoyo para los demás, y no una fuente de crítica o negatividad.
Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
Nuestras palabras pueden ser una fuente de aliento y fortaleza para aquellos que nos rodean, o pueden herir y destruir. Es importante recordar que nuestras palabras tienen el poder de cambiar la vida de las personas, ya sea para bien o para mal.
Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
En la Biblia, también encontramos el poder transformador de la palabra de Dios. Hebreos 4:twelve nos dice: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón».
Nuestra confesión de fe en la Palabra de Dios tiene un impacto directo en nuestra vida espiritual y emocional. Debemos aprender a declarar las promesas de Dios sobre nosotros y sobre nuestra situación, confiando en que Su Palabra nunca falla y que tiene el poder de cumplirse en nuestra vida.
Es importante destacar que el poder de las palabras no radica únicamente en su significado literal, sino también en el poder que tienen para influir en nuestras acciones y en las acciones de los demás.
En lugar de criticar o juzgar, debemos buscar formas de animar y apoyar a los demás con nuestras palabras. Romanos 14:19 nos insta a «seguir lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación». Esto implica check here que nuestras palabras deben promover la armonía y la unidad entre las personas.
El apóstol Pablo también nos exhorta en Efesios 4:29 a que nuestras palabras sean «útiles para edificar según la necesidad del momento, para que impartan gracia a los que escuchan».